martes, 1 de diciembre de 2015

Andrea y las chuches

Había una vez una niña, muy guapa y muy lista, que vivía en un país muy lejano, en un placio precioso hecho de gominolas. 
A esta niña, que se llamaba Andrea, le encantaban las chuches, no pensaba en otra cosa y no comía otra cosa.
En el desayuno, en lugar de un buen vaso de leche, tomaba chuches.
En la comida, en lugar de una sopa, unas verduras o unas legumbres, comía chuches.
En la merienda, no tomaba fruta, se servía unas chuches mientras jugaba.
Para la cena, otra vez chuches.
Sus papas estaban muy procupados, porque la niña Andrea no quería comer otra cosa que no fueran chuches, hasta que un día, pasó lo que tuvo que pasar, que la tripita de Andrea enfermó y la pobre niña, andaba encogidita, encogidita, sin poder estirarse del dolor tan grande que tenía en la barriga.
Su mamá le dijo que tomara una sopita calentita con letras o con estrellitas, para que con el calor, se le pasara el dolor, pero la niña Andrea se negó, y pidió más chuches, creyedo que así se le pasaría el dolor, pero nada. 
Su papá le preparó una manzanilla y se la llevó a su cuarto, pués tanto le dolía la tripa, que tuvo que meterse en la cama. Pero la niña Andrea, rechazó la manzanilla y pidió más chuches. Su papá se las llevó, pero al verlas, la tripa le empezó a doler todavía más. 
Sus papás preocupados la llevaron a ver a doctor Quitapupitas, a ver si el podía quitar el dolor de su barriguita. El doctor, la tendió en la camilla, le toco la tripita y le dijo muy serío:
-- Señorita, usted tiene un atracon de chuches y mucha falta de fruta, me parece a mi que su tripita se queda por no comer como es debido. Esto hay que arreglarlo rápido.
El doctor Quitapupitas abrió su malentín, que estaba lleno de jarabes de todos los colores y todos los sabores y eligió uno verde, del que le dío dos cucharadas a Andrea.
La niña, se las tomó, arrugando la nariz, porque el sabor era muy desagradable, pero le dolía tanto la tripita, que se las bebió sin rechistar, desenado que el dolor se fuera cuanto antes. 
Después el doctor, le dió una receta a los papás de Andrea; a partir de ahora, las chuches solo se podrían comer en días especiales, si Andrea quería una chuche, tendría que ser de las que da la naturaleza, que son las mas dulces, coloridas y bonitas. Podría elegir entre fresas, cerezas, naranjas, manzanas rojas, verdes o amarillas, plátanos y un sin fin de cosas dulces y ricas de las cuales las tripitas no se quejan.
Desde que Andrea la hizo caso al doctor Quitapupitas, nunca jamás volvió a dolerle la barriguita.

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